Augusto J. Marchetti Augusto J. Marchetti

El Árbol de la Vida y Mapa del Alma Humana

Todo empieza con una idea.

En hebreo, Etz Jayim (עץ חיים) se traduce como "El Árbol de la Vida". Aunque la palabra Jayim (חיים) es plural y significa "vidas", en esta expresión se usa como un concepto unitario: El Árbol de la Vida. Dentro de la Cábala, el Etz Jayim no es solo un diagrama estático, sino un modelo dinámico del universo y del alma; es la manifestación de lo infinito divino en el campo de la finitud. El flujo de distribución de energías entre sus diez dimensiones o emanaciones (las sefirot) es fundamental para comprender la creación y la existencia misma.

El Árbol de Nuestras Vidas: Evolución y Conexión

Por lo tanto, estamos en condiciones de comprender que, en un sentido más profundo, Etz Jayim es también el Árbol de nuestras vidas. Este representa el ciclo continuo de evolución del alma a través de las diferentes encarnaciones, conocido en la Cábala como Gilgul Neshamot (rotación de almas). Cada experiencia vital contribuye al crecimiento y la maduración espiritual. Así, cada vida es una manifestación de esas energías divinas que fluyen y nos impulsan a trascender, conectándonos con la fuente original de toda existencia.

El Cosmos y el Alma: Un Reflejo Fractal

Para explicar por qué y para qué nació el Árbol de la Vida, debemos ir a lo macro, al cosmos. En esta introducción, intentaremos explicar de forma sencilla, y dentro de nuestro lenguaje conceptual limitado, cómo nació el cosmos. A partir de ese origen, podremos entender qué es el Árbol de la Vida. Esto significa que el Árbol de la Vida es el mapa de la estructura del cosmos y de su desarrollo. Por su naturaleza fractal, tiene una correspondencia directa con el mapa del alma humana. Es decir, nuestra alma reproduce la misma estructura que la estructura general del cosmos. Este viaje al origen cósmico, que exploraremos a fondo en nuestra clase, es fundamental para comprender la totalidad del Árbol.

Existe una clara relación con el hermetismo en este concepto, específicamente con el Principio de Correspondencia enunciado en "El Kybalión", que afirma: "como es arriba es abajo". Si bien en el universo no hay un "arriba" ni un "abajo" literal, sí existe una relación intrínseca entre lo sutil y lo denso, entre lo vasto y lo particular. Por lo tanto, podemos afirmar que el mapa del universo tiene una relación directa con el alma humana.

Las Sefirot: Atributos de la Creación Divina

En este contexto, el creador quiso que su voluntad limitada se revelara a través de las sefirot, mediante diez atributos espirituales que dan forma a toda la existencia. Estos son: Kéter (corona), Jojmá (sabiduría), Biná (entendimiento), Jésed (bondad, misericordia), Guevurá (fortaleza), Tiféret (belleza), Nétzaj (victoria), Hod (esplendor), Yesod (fundamento) y Maljut (reino).

La Estructura del Árbol de la Vida: Pilares y Triadas

Este mapa de diez dimensiones se organiza de dos maneras fundamentales para su comprensión:

Los Tres Pilares:

Pilar Derecho: El Pilar del Dar Simboliza la expansión y la benevolencia. Incluye Jojmá (la sabiduría), Jésed (la misericordia) y Nétzaj (la victoria).

Pilar Izquierdo: El Pilar del Recibir Representa la contracción y la disciplina. Contiene Biná (el entendimiento), Guevurá (la fortaleza) y Hod (el esplendor).

Pilar Central: El Pilar del Compartir (o Equilibrio) Armoniza y equilibra las fuerzas. Incluye Kéter (la corona), Tiféret (la belleza), Yesod (el fundamento) y Maljut (el reino).

Las Tres Tríadas:

La Tríada Superior: El Nivel Intelectual (Séjel) Compuesta por Kéter, Jojmá y Biná. Son las sefirot primarias de mayor nivel, representando el intelecto puro, iluminación y la concepción más elevada.

La Tríada Intermedia: El Nivel Emocional Formada por Jésed, Guevurá y Tiféret. Se relaciona con nuestras emociones y nuestra interioridad, las cualidades del corazón.

La Tríada Inferior: El Nivel de la Manifestación y el Comportamiento Las sefirot de Nétzaj, Hod y Yesod. Tienen que ver con la exteriorización de nuestras emociones y pensamientos, nuestro comportamiento y la manifestación en el mundo físico.

Finalmente, Maljut (la materia) es la que recibe de las tres, siendo el Reino material que recibe energías de todos. Es una dimensión fuera de las tríadas y recibe la influencia de las nueve dimensiones anteriores.

El Viaje del Autoconocimiento y la Transformación

Todo nuestro trabajo en el Árbol de la Vida psicológico tiene como objetivo brindarnos un profundo autoconocimiento. Este entendimiento interno es la clave para poder "saltar" o conectar conscientemente con el Árbol de la Vida cosmogónico. Si conocemos nuestro mapa y sabemos ajustar nuestros desequilibrios, ya sean por exceso o déficit de energía, no solo rectificamos nuestras limitaciones, sino que también encontramos y liberamos virtudes que aún no estaban preparadas para ser manifestadas. Es un camino de autorrealización que nos alinea con la estructura universal.

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